Los últimos treinta años se han visto intentos desesperados por los arquitectos para escapar de la dominación de la "caja de zapatos" en las salas de conciertos. En lugar de luchar con la superioridad acústica ineludible de esta forma tradicional, la Casa de la música intenta revitalizar la sala de conciertos tradicionales de otra manera: mediante la redefinición de la relación entre el sagrado interior y el exterior en general. La Casa de música, el nuevo hogar de la Orquesta Nacional de Oporto, se encuentra en una nueva plaza pública en la histórica Rotunda da Boavista. Tiene una forma distinta, contruida de hormigón blanco, sigue siendo sólida. En el interior, se encuentran 1.300 asientos, el gran auditorio cuenta con fachadas de vidrio corrugado en los extremos que se pueden abrir a la ciudad y ofrecer un dramático telón de fondo para las actuaciones. La Casa de la música revela su contenido sin ser didáctico; al mismo tiempo, se pone la ciudad bajo una nueva luz.

La localización de la Casa de la música fue clave en el desarrollo del pensamiento de OMA; se optó por no construir la nueva sala de conciertos en el anillo de edificios antiguos que definen la Rotonda sino para crear un edificio solitario de pie en una meseta-travertino pavimentada frente al parque de la Rotonda, vecino de un barrio obrero.